martes, 22 de mayo de 2012

Pueblos rojos y negros

RUTA DE LOS PUEBLOS ROJOS Y NEGROS

Es una ruta que se extiende por el sur de la provincias de Segovia y el norte de Guadalajara.

Arquitectura tradicional en Madriguera

 Comenzamos visitando la bonita villa de Riaza,  cuyo casco antiguo ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. La espléndida plaza ovalada rodeada de edificios que datan del siglo XVIII, asentados sobre soportales, y presidida por su Ayuntamiento, así como la Iglesia de Ntra. Sra. del Manto, del S. XV-XVI, le hacen merecedora de una visita antes de adentrarnos en la ruta propiamente dicha.
Abandonamos Riaza y nos dirigimos hacia Madriguera, uno de los pueblos más bonitos y cuidados de arquitectura roja. No necesita explicación el por qué del adjetivo ya que el color rojo lo impregna todo, desde las fachadas al pavimento. Es más, los días de lluvia, como el que tuvimos, también los charcos son rojos. Por supuesto, el paisaje está también pintado de rojo, aunque predomina el verde de la vegetación.
Torrente en el hayedo La Pedrosa
 El siguiente pueblo que visitamos es Villacorta, que igualmente es rojo y que al igual que Madriguera es un lugar elegido por los madrileños ávidos de espacios abiertos y tranquilos, por lo que se nota que se han rehabilitado casas y se han construido otras.
 
Seguimos nuestro plan previsto, hacia el puerto de la Quesera, pasando por un espectacular paisaje y un magnífico hayedo, La Pedrosa, que encontramos lleno de torrentes preciosos, gracias a las últimas nevadas, como la que nos esperaba en las últimas rampas y en la cumbre. No contábamos con este imprevisto y aunque la parte segoviana estaba transitable, al llegar a la guadalajareña nos tocó dar la vuelta, porque estaba completamente cubierta de nieve, y tomar la N-1 camino de Buitrago de Lozoya.

Arco de entrada. Buitrago de Lozoya
 Como no hay mal que por bien no venga, conocimos este precioso pueblo, cuyo casco antiguo está amurallado, flanqueado por el río Lozoya. Además de la muralla es muy destacable la Iglesia de Sta. María del Castillo, con su esbelta torre de estrilo mudéjar, cuyo interior ha sido restaurado tras un incendio. La nave central ha sido cubierta con un artesonado de estilo neomudéjar y sobre el altar mayor se puso uno mudéjar original, provinente del Hospital de San Salvador.

Seguimos viaje hasta Tamajón, donde tenemos el el alojamiento rural. El pueblo está enclavado en un lugar magnífico, y como monumentos destacados están el Ayuntamiento, que es un palacio del S. XVI, la imponente Iglesia de La Asunción, del S. XVI, y La ermita de los Enebrales.

Hay muchas rutas por los alrededores para los amantes del senderismo, y una de ellas, cortita y llana, que parte de la iglesia y lleva hasta la ermita, pasando por el lugar conocido como "la pequeña ciudad encantada"; adentrándose en el sabinar, emprendemos un paseo muy agradable encontrándonos con formaciones de roca caliza caprichosas que le dan el nombre por recordar a la conquense, en pequeñito. Una vez en la ermita el panorama que se divisa es espectacular, máxime en las condiciones que lo vimos nosotros, con las cumbres de la sierra de Ayllón nevadas.

Robleluengo
Siguiente destino, Majaelrayo y Robleluengo, dos de los tres pueblos negros de Guadalajara que seleccionamos de entre los muchos que hay. Se encuentran en las faldas del pico Ocejón, omnipresente en toda la ruta, ya que de este lado estábamos en la falda sur y luego acabaremos en la norte. La fisonomía de ambos es un poco distinta, pues Majaelrayo por un lado conserva casas antiguas, de arquitectura tradicional, con puertas muy bajas y ventanitas muy pequeñas para preservar el calor del interior en las épocas frías, y por otro hay bastantes restauradas, hay restaurantes, alojamientos, es decir se nota el turismo, mientras que Robleluengo tiene el casco urbano más intacto, aunque en un extremo cuenta con un "ensanche" de adosados que, eso sí, mantienen la esencia constructiva de la zona de utilización de la pizarra. En todo caso, los dos ejemplos son muy interesantes y denotan la importancia del turismo para la supervivencia de estas zonas antaño aisladas.

Chorreras de Despeñalagua
 Después de la visita urbana había que volver hacia Tamajón, y después de la ermita tomar un desvío a la izquierda para dirigirnos al tercer pueblo negro, Valverde de los Arroyos, donde se encuentran las Chorreras de Despeñalagua, siguiente destino. El paisaje es precioso a lo largo del trayecto, pasando por sabinares, pinares, robledales, valles y puertos.

Primera parada, la Plaza Mayor en cuyo centro encontramos una fuente con una fresquita y rica agua. Se trata de una gran plaza y un casco urbano que está muy bien cuidado y tiene la particularidad de que las casas tienen amplios balcones, a diferencia de los anteriores. También cuenta con mesones y alojamientos rurales.
A la salida del pueblo se toma el sendero que lleva a las chorreras y en 1 hora te presentas en la misma base de la cascada. Es un lugar precioso, sobre todo en la época de lluvias porque el caudal hace más impresionante la caída del arroyo, con sus 50 m. de altura.

Ayllón
Abandonamos este lugar después de disfrutar un rato en la pradera que preside un enorme nogal, oyendo el despeñarse del agua.

Última parada, Ayllón.
Otro pueblo precioso que hay que conocer y volver siempre que haya ocasión. Desde el arco medieval de entrada a la villa hasta la Plaza Mayor encontramos palacios, casonas, iglesias, restos de muralla y castillo y, extramuros, conventos y hospital. No se puede pedir más.

Es un recorrido completo, mezcla de tradición, arte y naturaleza, muy recomendable.

2 comentarios:

  1. Esta ruta la hicimos el año pasado y me encantó, aunque al final nos cayó la chaparrada del siglo.

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  2. Esta ruta me ha sorprendido ya que me cae bastante cerca y no la conocía. Me parece de lo más interesante, hasta el punto de que estoy preparando la ruta para ir uno de estos fines de semana.

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